Ante las noticias aparecidas en los medios de comunicación que informan de la propuesta que el grupo político Vox en el Ayuntamiento de Santander planteará como moción en el pleno del próximo jueves 26 de septiembre de 2019, en el que solicita una reforma de la ordenanza reguladora de la concesión de subvenciones culturales para excluir «las manifestaciones o actividades culturales de contenido político o ideológico de cualquier signo».
La Plataforma de Empresas Culturales de Cantabria (PECCA) quiere exponer a la opinión pública lo siguiente:
- La Cultura es Comprometida, Inclusiva, Transformadora, Innovadora, Sostenible… o no es Cultura.
- La Cultura supone garantía de desarrollo sostenible para nuestra sociedad, y no nos referimos a desarrollo económico. Desarrollo entendido como todo aquello que amplía nuestro grado de Libertad entre un momento A y un momento B. Y Sostenible porque toda actividad cultural debe garantizar la sostenibilidad social, económica y medioambiental. En resumen, la Cultura es el cuarto pilar del Desarrollo Sostenible.
- La Cultura es Comunidad y debe conectar con las demandas sociales y se debe entender su práctica como parte de la vida social.
- La Cultura debe Ser compromiso con el territorio.
- La Cultura sin Personas no es Cultura.
- Todo hecho cultural es una acción política, provenga de quien provenga (individuo, empresa, asociación, cooperativa, institución…), y ello garantiza los derechos culturales de la ciudadanía.
- Toda institución pública que apoye actividades culturales que cumplan las premisas anteriores, como la desarrollada por La Vorágine gracias a la UIMP y a la Fundación Santander Creativa, estará velando por los derechos culturales de los individuos (acceso a la cultura, participación en la vida cultural, derecho a la propiedad intelectual, al patrimonio cultural, a la creación artística, a la identidad cultural, a la diversidad cultural,…en condiciones de igualdad)
Nuestro razonamiento no trata de defender a La Vorágine ni al sector cultural. Nuestro manifiesto defiende los derechos culturales de los ciudadanos, que se ven cercenados por mociones como ésta.
Para lograr los perversos objetivos que esconde esta moción, sería más coherente pedir la abolición de la Declaración Universal de los derechos humanos, la derogación de nuestra Carta Magna y la revocación del Estatuto de Autonomía de Cantabria, por este orden. Después, podemos empezar a hablar de Política.