El oro es uno de los materiales más preciados. Pero también uno de los más frágiles. Para mantenerlo en buen estado, hay que saber cómo limpiarlo correctamente. Los trabajadores de Joyería Lorena nos dan una serie de consejos para mantener nuestras joyas de oro brillantes y relucientes.
Tipos de oro
Oro amarillo: Este tipo de oro apenas necesita cuidados porque no se ennegrece, a diferencia de otros metales como la plata. Aun así, si deseas limpiar tus joyas de oro amarillo, puedes hacerlo con una bayeta especial para ello o utilizando un paño mojado con agua y un poco de amoniaco. En el caso de que se te haya rallado alguna joya de oro amarillo puedes llevarla a la joyería para que la pulan y recupere su aspecto original.
Oro blanco: El oro blanco es una aleación de oro puro con otros metales blancos como la plata, el paladio, el níquel o el platino. Además, se suele recubrir con una capa de rodio de alto brillo para obtener un acabado espejo. Por esta razón, es posible que pasado un tiempo nuestras joyas de oro blanco pierdan su brillo original. Si esto ocurre, la única forma de limpiar el oro blanco es llevarlo a la joyería para que vuelvan a darle esa capa de rodio.
Oro rosa: Este es otro de los tipos más comunes de este metal, aunque sea el menos popular. Está elaborado a partir de una aleación de oro fino de 24 quilates, plata y cobre. A la hora de limpiar tus joyas de oro rosa nos encontraremos en la misma situación que con el oro amarillo, y es que para recuperar su brillo tendrás que llevarlo a la joyería para que las pulan.
Trucos para limpiar el oro
Existen muchos tips que puedes seguir para limpiar el oro y que quede brillante y reluciente:
Agua y jabón: El jabón neutro puede ser un buen aliado para limpiar cualquier tipo de oro. Llena un recipiente con agua templada y añade un pequeño tazón del detergente que hayas escogido. Disuelve bien el jabón y sumerge las joyas durante varios minutos, 15 como máximo. Frota con movimientos circulares con un cepillo de dientes de cerdas suaves si la joya está muy sucia. Enjuaga con agua caliente, seca con un paño y déjala en una superficie plana hasta que se seque por completo. Si quieres sacarle brillo, mueve el paño haciendo pequeños círculos.
Bicarbonato: El bicarbonato también es un gran descubrimiento para limpiar este material. Forra un recipiente de vidrio con papel de aluminio para que la joya esté en contacto con este material, así se limpiará mejor. Coloca la joya y espolvorea bicarbonato de sodio hasta cubrirla por completo. Hierve agua y viértela sobre la joya, dejándola en remojo durante cinco minutos. Cepilla con un cepillo de dientes de cerdas suaves. Enjuaga con agua fría y sécala con un paño suave.
Vinagre: El vinagre, mezclado con el bicarbonato, es una gran combinación para eliminar la suciedad del oro. Añade dos cucharaditas de agua por cada tres de bicarbonato y remueve la mezcla hasta elaborar una masa espesa similar a la pasta de dientes. Aplica la masa con la ayuda de un algodón cubriendo la joya por completo. Coloca ahora la joya en un recipiente de plástico y vierte el vinagre blanco hasta cubrirla por completo y déjala durante cinco minutos. Enjuaga con agua templada y seca con un paño suave.
Pasta dental: Pon un poco de pasta dental en un cepillo de dientes de cerdas suaves y frota tus joyas de oro con movimientos circulares. Enjuaga con agua tibia hasta lograr el resultado deseado. Si no funciona a la primera, puedes repetir de nuevo el procedimiento. Seca con un paño suave y déjala sin guardar hasta que se seque por completo.
Agua con gas: Solo tienes que mezclarla con jabón y frotar suavemente las hoyas que deseas limpiar.