Bienvenido a Pecca, el mejor canal de noticias del mundo.

Autonomía personal, autoestima y socialización, bases de la educación

Cuando unos padres primerizos reciben la esperada y ansiada noticia de que van a ser padres, empieza el caos. Y es que, a pesar de que hemos estudiado muchísimas cosas en el colegio, nunca nos han preparado de forma real para el desafío que supone ser padres (ni para eso, ni para cosas importantísimas en la vida).

En consecuencia, cuando se recibe la noticia, los padres empiezan a buscar mil cosas para estar preparados y poder hacer frente al reto que se les presenta por delante: educar a un niño en este mundo tan complicado.

Pero… ¿de verdad es tan complicado?

 

Antes que nada, permíteme darte un consejo

No te vuelvas loco. Un niño es una bendición, y hacerse cargo de él es más sencillo de lo que te imaginas. No te dejes intimidar por toda esa información que vas a encontrar en Internet (y que te diga esto yo, desde Internet, puede parecer irónico, pero es la verdad).

Hay muchos sabios en Internet, pero nadie sabe y entiende más de lo que necesita un hijo que sus propios padres. ¿No has escuchado nunca hablar del instinto maternal / paternal? Pues no es un mito, existe de verdad. Y, cuando tu hijo nazca y lo tengas entre tus manos, vas a darte cuenta de que no te estoy mintiendo.

Os voy a dar un ejemplo muy sencillo: yo he trabajado en alguna que otra guardería y, como tal, he sido testigo de esos pequeños cambios que los padres y educadores somos capaces de ver en los niños… que, el resto de las personas, no consiguen descubrir.

Por ejemplo, eduqué a un chico de unos cinco años que era, hablando con sinceridad, uno de los niños más traviesetes y activos que he visto nunca. Jamás se estaba quieto, si no lo veías era porque estaba haciendo alguna trastada, nunca hacía caso… Y, un día, llegó a la guarde, como cada día, a las 8 de la mañana. Y nada más entrar, me percaté de que ese pequeño terremoto se sentaba en una esquina, se ponía a mirar a todos sus compañeros… y no se movía de ahí en una o dos horas.

Conociendo al niño como lo conocía, ya se me saltaron las alarmas. Era totalmente anormal que ese pequeño pasase de un extremo a otro a no ser que le pasase algo. Y, efectivamente, le pasaba: tenía fiebre. No se encontraba bien, y esa era la razón de que estuviese apático y, entre comillas, más tranquilo.

Por eso, mi primer consejo es que no entres en pánico: si vas a ser papá o mamá, respira hondo y tranquilízate… porque te garantizo que quien mejor va a saber qué necesita tu hijo eres tú, que para eso eres su padre.

Aun así, debes saber que hay ciertas cosas que son muy importantes para tu hijo.

 

Favorece su autoestima

Una de las cosas más importantes en una persona es la autoestima. Cito textualmente de una definición psicológica: “La autopercepción forma un concepto mental de quién y cómo somos, todos tenemos una imagen mental de nosotros mismos, es decir, una percepción y una idea de cómo somos tanto física como psicológicamente”. Es, básicamente, la opinión que tenemos sobre nosotros mismos: somos guapos, feos, altos, flacos, gordos, fuertes, válidos, ineptos… y, evidentemente, puede ser tanto buena como mala, en función de lo que nos haya pasado en la vida.

Has de saber que la autoestima empieza a desarrollarse a partir de los cuatro años, que es cuando empezamos a poder realizar cosas por nosotros mismos y cuando, además, empezamos a tener una consciencia real sobre nosotros. Esto quiere decir que todo lo que suceda desde los cuatro años va a influir en que nuestra autoestima sea buena o mala. Y esto, además, va a acompañarnos toda nuestra vida, pero no se va a mantener uniforme. Habrá años que la tengamos alta, otros años que la tengamos por los suelos… lo que tenemos que hacer es trabajar para que esta nunca baje del umbral recomendado y siempre tengamos una buena percepción de nosotros mismos, que es lo que importa.

Para que esto funcione, puedes trabajar con tu hijo de cierta manera que desarrolle su autoestima. Es decir, hacerle ver que es perfectamente capaz de todo lo que se proponga para que, así, todo funcione bien en su mente y se vea bien a sí mismo.

 

Esto va de la mano, por supuesto, con la autonomía personal

La autonomía personal es, cito una vez más de una web psicológica, “a capacidad del individuo para hacer elecciones, tomar decisiones y asumir las consecuencias de las mismas. El término opuesto a autonomía no es dependencia, sino heteronomía”.

La autoestima está intrínsecamente relacionada con la autoestima y van de la mano. De hecho, una influye directamente en la otra.

¿Por qué? Porque una de las “hijas” de la autoestima es sentirnos capaces y responsables de nosotros mismos sin tener que necesitar la ayuda de los demás.

Cuando tenemos un hijo, tenemos que hacernos conscientes de que este no es un ser pequeño e indefenso (bueno, solo hasta cierto punto) que no puede hacer nada por sí mismo. Pensar así es un verdadero error. De hecho, se ha demostrado que darle pequeñas tareas a los más pequeños favorece tanto esta autonomía personal como su autoestima, porque este aprecia confianza hacia él de sus padres. Y, además, porque es capaz de percibir que puede hacer cosas sin necesitar ayuda, y nada nos anima más como personas que darnos cuenta de que nosotros podemos hacerlo.

¿Acaso no has sentido esa increíble satisfacción personal cuando alguien nos reta a hacer algo (subir a ese árbol, correr 15 minutos, levantar tanto peso, entre otros) y, pese a lo que pensamos de nosotros mismos, podemos hacerlo? Esto tiene un efecto estimulante en el cerebro que nos hace ver que realmente podemos, que no es solo de palabra… somos rápidos, o fuertes, o inteligentes, o lo que sea que hayamos conseguido.

Por lo tanto, darle pequeñas tareas a un niño pequeño (acorde a su edad, por supuesto) va a ayudar a que su autoestima y su autonomía personal se desarrolle de forma correcta y tengamos a una personita que se vea buena y capaz a sí misma.

 

Por supuesto, no podemos olvidarnos de la socialización

La socialización es algo simple, pero fundamental. Esto es, y cito textualmente, de nuevo, de una web de psicología, “al proceso de adquisición, interiorización e integración en la personalidad del individuo, de los valores sociales y las normas de comportamiento propios del grupo social o comunidad a la que pertenece, con el fin de posibilitar su adaptación al contexto social”.

En otras palabras, la socialización es el proceso que ayuda a una persona a integrarse en la sociedad en la que vive. Y es más importante de lo que te imaginas.

El proceso de socialización trae intrínsecos una serie de elementos que serán de vital importancia para que un individuo pueda tener una vida completamente plena. A continuación, vamos a decirte cuáles y qué puedes hacer para desarrollar este elemento.

-Una de las cosas a las que ayuda la socialización es a la moral, la ética y al discernimiento de lo que es correcto de lo que no lo es. Cuando vives en sociedad, tenemos que cumplir una serie de normas para poder integrarnos en ella. Esto es lo que sería, hablando con tecnicismos, el Código Civil.

Pero nosotros nunca hemos leído ese tocho para saber lo que está bien y lo que está mal. Entonces, ¿cómo hemos aprendido a diferenciar lo que es correcto de lo que no lo es? ¿Alguna vez has hecho daño a un animal y te han reñido por ello? ¿Alguna vez le has quitado un juguete a un compañero en el jardín de infancia de malas maneras y te han reñido por ello? Esas correcciones son las que hacen que nuestro cerebro asimile la diferencia entre comportarse bien y comportarse mal.

Los padres, por si solos, no pueden llevarlas a cabo. Estos pueden educar hasta cierto punto en estas cosas, pero no en todas. Por ello, relacionarse con niños de su edad les ayudará a desarrollar estos comportamientos buenos y tachar los malos de su conducta.

-Otra cosa a la que ayuda la socialización es a la autoestima. Porque una de las cosas que la ensalzan es tener un grupo de amigos de tu edad que te alaben cuando ganas una carrera, que te feliciten cuando consigas escalar ese árbol, que se sorprendan cuando apruebes un examen super difícil que muchos han suspendido. Por lo tanto, tener a tu alrededor personas de tu misma edad es algo fundamental.

 

¿Cómo podemos desarrollar todos estos hábitos al mismo tiempo?

Con actividades que hagan que nuestros hijos socialicen.

  • Apuntarlos, por ejemplo, a un equipo de cualquier deporte que les guste. Además de ayudarlos a integrarse, también potencia su salud.
  • Un campamento donde se obliguen a conocer a otros chicos de su edad. Desde Ecoactiva – Turismo, ocio y tiempo libre, nos recuerdan la importancia real que tiene dejar a nuestros hijos en manos expertas que sepan lo que hacen, así como en profesionales altamente cualificados. Porque dejar a nuestros hijos en las manos de cualquiera tampoco es una opción para nosotros, ¿verdad?
  • Puedes, además, si les gusta la música, apuntarlos a un conservatorio. Es algo que a los niños les encanta, donde aprenden socializan y aprenden lenguaje musical, algo que también es muy importante para ellos.

 

En definitiva: cuidar su higiene y su alimentación es importante… pero educarlos en autonomía personal, autoestima y socialización es igual de importante.

Comparte este artículo:

Más populares

Lo que debe saber

en su bandeja de entrada cada mañana