Basta con mirar a nuestro alrededor para descubrir que recientemente ha crecido el interés por el consumo de productos artesanales, especialmente cuando se trata de alimentos como el pan y los dulces.
Cada vez son más las panaderías y pastelerías artesanales que se ven por todas partes, y cada vez son más las personas que buscan consumir este tipo de productos, hablando en claro, mucho más sanos que todo el pan y la bollería industrial que nos venden en los supermercados.
Sus ingredientes son de mayor calidad
Uno de los principales beneficios de los productos artesanales es la calidad de sus ingredientes.
-En la mayoría de los casos, los panaderos y pasteleros artesanales utilizan materias primas frescas, locales y, en muchas ocasiones, de origen orgánico. Esto contrasta con la industria alimentaria comercial, que a menudo emplea ingredientes de menor calidad o procesados para reducir costes y maximizar la producción.
-El uso de ingredientes frescos y de buena calidad no solo mejora el sabor del producto final, sino que también tiene un impacto positivo en la salud del consumidor. En el caso del pan artesanal, por ejemplo, es común que se utilicen harinas integrales o menos refinadas. Estas harinas conservan una mayor cantidad de nutrientes, como fibra, vitaminas del grupo B, y minerales como el hierro o el magnesio, que son esenciales para el buen funcionamiento del organismo.
-En cuanto a los dulces artesanales, el azúcar refinado suele ser sustituido por alternativas más naturales y saludables, como la miel, el azúcar de coco o la panela. Además, es más frecuente el uso de grasas saludables, como la mantequilla en lugar de margarinas industriales o aceites hidrogenados, lo que se traduce en un mejor perfil nutricional.
Ausencia de conservantes y aditivos químicos
Otro de los grandes problemas de los productos comerciales es el uso excesivo de conservantes, colorantes, saborizantes artificiales y otros aditivos químicos que perjudican a nuestra salud.
Se añaden para prolongar la vida útil de los alimentos, mejorar su apariencia o potenciar su sabor, pero su consumo a largo plazo puede tener efectos negativos en la salud.
Entre los problemas que se han relacionado con el consumo excesivo de estos aditivos, están las alergias alimentarias, trastornos digestivos y el aumento del riesgo de desarrollar enfermedades crónicas, como la hipertensión o la diabetes.
En los productos artesanales, en cambio, estos aditivos están prácticamente ausentes. El pan artesanal, por ejemplo, se elabora con pocos ingredientes básicos: harina, agua, levadura o masa madre, y sal. No necesita conservantes porque, al no estar destinado a durar semanas en una estantería, se consume en un plazo más corto.
Esto garantiza que lo que estamos comiendo es un alimento mucho más natural y menos procesado, lo que resulta beneficioso para la salud.
En los dulces sucede algo similar
La panadería y pastelería artesanal Cid Burgos nos explica que las pastelerías artesanales suelen evitar el uso de colorantes y saborizantes artificiales, y optan por ingredientes naturales como frutas, especias y cacao puro para dar sabor y color a sus creaciones.
Así, el consumidor no solo disfruta de un sabor más auténtico, sino que también evita el consumo innecesario de sustancias químicas.
Mejora la digestión
El pan y los dulces artesanales son, además, más fáciles de digerir.
Uno de los motivos es el uso de masa madre en la elaboración de muchos panes artesanales. La masa madre es un fermento natural que favorece una fermentación más lenta y prolongada, lo que permite que el gluten y otros componentes del trigo se descompongan en mayor medida antes de ser consumidos. Esta fermentación más completa hace que el pan sea más fácil de digerir y que muchas personas que experimentan molestias digestivas con el pan industrial puedan tolerar mejor el pan artesanal.
Además, el uso de harinas integrales, más ricas en fibra, contribuye a mejorar la salud intestinal y a prevenir problemas como el estreñimiento.
Por otro lado, los dulces artesanales, al contener menos azúcares refinados y grasas trans que los productos industriales, también resultan menos pesados para el sistema digestivo.
La fibra presente en ingredientes como la harina integral o la avena, que se utilizan frecuentemente en recetas artesanales, también contribuye a mejorar el tránsito intestinal y a mantener equilibrada la flora bacteriana.
Control del azúcar y las grasas
Uno de los mayores problemas de los productos comerciales es la cantidad excesiva de azúcar y grasas de mala calidad que contienen. Y todos sabemos lo que provoca un descontrol de azúcar en nuestro organismo.
En el caso del pan industrial, es común que se añadan azúcares, aceites hidrogenados o grasas trans para mejorar la textura y prolongar la vida útil del producto.
Estos ingredientes, además de carecen de valor nutricional, aumentan el riesgo de padecer obesidad, enfermedades cardiovasculares y diabetes.
Por el contrario, los panaderos y pasteleros artesanales suelen ser mucho más cuidadosos con la cantidad y el tipo de grasas y azúcares que emplean. Incluso cada vez se ven más productos artesanales que no contienen azúcares añadidos o que utilizan endulzantes naturales como la miel, que aporta beneficios nutricionales adicionales.
Esto nso permite poder elegir con mayor tranquilidad los productos que vamos a consumir, y asegurarnos de que no nos provocan daños. Y, además, como plus, nos ayuda a mantener nuestro peso.
Aportación de nutrientes
Los productos artesanales tienden a ser más nutritivos que los industriales.
Por ejemplo, el pan artesanal hecho con harinas integrales aporta fibra, proteínas, vitaminas y minerales que están ausentes en los panes elaborados con harinas refinadas. La fibra no solo mejora la digestión, sino que también ayuda a controlar los niveles de colesterol y azúcar en sangre, contribuyendo a la prevención de enfermedades cardiovasculares y metabólicas.
En los dulces artesanales, como se usan ingredientes naturales, se incrementa el aporte de nutrientes necesarios en el cuerpo. Estos ingredientes no solo mejoran el perfil nutricional de los dulces, sino que también mejora del sistema inmunológico.
Sostenibilidad y apoyo a la economía local
Además de los beneficios para la salud, consumir productos artesanales también tiene un impacto positivo en el medio ambiente y en la economía local.
Los productores artesanales suelen utilizar ingredientes locales y de temporada, lo que reduce la huella de carbono asociada al transporte de alimentos. Eso sin contar con que, al optar por técnicas de producción más tradicionales y menos industrializadas, se reduce el consumo de energía y la generación de residuos, lo que sin duda es muy bueno para nuestro planeta.
Al apoyar a las pequeñas panaderías y pastelerías locales, en consecuencia, estamos fortaleciendo la economía local, ya que el dinero gastado en estos establecimientos tiende a quedarse en la región, en lugar de ir a grandes corporaciones. Además, muchas veces los productores artesanales están más comprometidos con el bienestar de sus empleados y con prácticas laborales justas, lo que supone otro beneficio indirecto para la sociedad.
Menos riesgos de alergias y sensibilidades
Muchos no lo saben, pero los productos industriales a menudo contienen una larga lista de ingredientes que pueden derivar en reacciones alérgicas, como conservantes, colorantes o potenciadores del sabor.
En cambio, los productos artesanales son menos propensos a provocar este tipo de reacciones. Por ejemplo, muchas personas que tienen sensibilidad al gluten o que experimentan hinchazón y malestar al consumir pan comercial pueden tolerar mejor el pan elaborado con masa madre y harinas de mayor calidad.
Del mismo modo, los dulces artesanales suelen ser una opción más segura para quienes tienen alergias a ciertos aditivos o colorantes presentes en los productos industriales.
Mayor frescura y mejor sabor
A diferencia de los productos industriales, que a menudo han sido congelados o almacenados durante largos periodos de tiempo antes de llegar a las tiendas, el pan y los dulces artesanales suelen estar recién hechos el mismo día en que los vas a consumir. No suelen guardarse de un día para otro (principalmente porque no contienen conservantes y, en consecuencia, duran mucho menos tiempo que los productos industriales).
El proceso de producción artesanal también permite que el sabor y la textura de los productos se ajusten con mayor precisión. El resultado es un pan con una corteza crujiente y una miga esponjosa, o unos dulces con un equilibrio perfecto entre dulzura y textura.
Lo artesanal siempre será más saludable… y moral
Hay que orquestar un cambio, hay que hacerse consciente de que los productos artesanales, aunque quizás un pelín más caros que los industriales, siempre serán mejores para nuestra salud.
Cuando elegimos consumir pan y dulces elaborados de manera tradicional, no solo apostamos por nuestra salud: también apoyamos a pequeños comercios locales que valoran la calidad y el respeto por los ingredientes.
Además, favorecemos la sostenibilidad, ya que estos productos a menudo se preparan con ingredientes locales, lo que minimiza sobremanera el impacto ambiental.
Soy plenamente consciente que, en una tarde donde tenemos prisa y se nos antoja un dulce, lo más sencillo es sacar el monedero, ir al super más cercano y comprar un buen paquete de dulces de un euro. Pero también me gustaría que pensases en lo que te estás comiendo junto con ellos, todos esos productos químicos, aditivos y conservantes que, aunque abaraten el precio, repercuten en tu salud.
Y tu salud no tiene precio.